No puedo evitar sonrojarme al leer estos escritos. Entiendo perfectamente que éramos niños de 13, 14 o 15 años pero, ¡qué inocencia la nuestra! A poco que avanzas en la lectura te das cuenta que nadie más que nosotros y nuestra imaginación infantil intervino en el guión. Supongo que nadie se enteró de las supuestas "gracias" que se pretendían contar. Está claro que ninguno de nosotros se ha dedicado al mundo de la interpretación.
Espero que disfrutéis con este impresionante documento que muestra los sketchs que rellenaban los espacios de tiempo entre número y número de la fiesta de fin de curso '82. Ya veis qué pedazo de "actores" están en el reparto:
¡MADRE MÍA!¡NO TIENE DESPERDICIO!
Entre las faltas de ortografía (habría que revisar las notas de lengua de la EGB) y las gracias sin gracia, lo que faltaron en la actuación fueron tomates.